La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha encendido el debate nacional tras anunciar que revertirá las concesiones otorgadas por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) antes de su desaparición. Estas medidas, según la mandataria, representan un intento de última hora por consolidar privilegios y, posiblemente, actos de corrupción. Mientras unos celebran la decisión como un paso firme hacia la transparencia, otros la critican como un movimiento centralizador que podría limitar las libertades económicas.
El anuncio llega en un contexto de transformación administrativa en México, con la desaparición de siete organismos autónomos y la fusión de funciones en nuevas instituciones. Esta reestructuración busca reducir burocracia, optimizar recursos y garantizar una competencia más justa, aunque no está exenta de controversias.
¿Por qué desapareció el IFT y qué pasará con sus concesiones?
La desaparición del IFT y la transferencia de sus funciones a un organismo descentralizado buscan combatir monopolios y concentraciones de poder en sectores clave. Sin embargo, antes de su extinción, el IFT aprobó una serie de concesiones que Sheinbaum calificó como “albazo”.
Estas concesiones, según la presidenta, no procederán, ya que presentan irregularidades que comprometen su legitimidad. Sheinbaum explicó que el nuevo organismo, supervisado por la Secretaría de Economía, se enfocará en garantizar una mayor transparencia y en evitar la concentración de bienes y servicios.
Aunque estas acciones han sido bien recibidas por algunos sectores, los críticos consideran que el gobierno busca ejercer un mayor control sobre áreas estratégicas, lo que podría limitar la independencia y la diversidad económica.
Siete organismos autónomos desaparecen: ¿Qué implica esto?
Además del IFT, otras seis instituciones, como el INAI y la Cofece, fueron eliminadas como parte de un decreto de simplificación administrativa. La decisión, según el gobierno, responde a la necesidad de mejorar la eficiencia y combatir la duplicidad de funciones.
La desaparición de estos organismos marca un cambio significativo en la administración pública mexicana. Para Sheinbaum, esta reestructuración no solo reducirá gastos, sino que también frenará prácticas corruptas y fortalecerá el papel del Estado en la regulación de sectores clave. No obstante, la oposición insiste en que estas medidas concentran poder y limitan los contrapesos institucionales.