El remake en acción real de Aladdin dirigido por Guy Ritchie no lo tenía nada fácil. Cuando uno devuelve a la pantalla una de las películas de animación más queridas de todos los tiempos, no basta con los millones de Disney, la simpatía de Will Smith o con un reparto que prescinde del whitewashing para ganarse al público… y menos aún a los críticos.
En espera de que la prensa haya acabado de pronunciarse sobre la cinta, los críticos han hablado. Y sus veredictos oscilan entre lo frío y lo directamente condenatorio. Aquí puedes leer unas cuantas opiniones escogidas.
“Esta película no la han rodado: la han generado. [Aladdin] no tiene tiempos muertos, momentos para soñar que pudieran impacientar al público. Está claro que Ritchie no sueña con alfombras mágicas, sino con montañas rusas, y parece haber abordado esto como una aventura del joven Indiana Jones: En busca de la lámpara perdida. Lo único que me irrita de verdad es que corta demasiado el montaje de las escenas de baile. Tienes que esperar hasta la secuencia de créditos para ver cuerpos reales y sin CGI en movimiento. Ahora que lo pienso, ese fue mi momento favorito”. David Edelstein, Vulture
“Para bien y para mal, Guy Ritchie ha hecho la película que ya tenías en tu cabeza, ofreciéndote una oportunidad para meter tu imaginación en la nevera. Crucemos los dedos para que este no sea el mantra creativo de las futuras adiciones al universo Disney de ‘acción real”. David Jenkins, Little White Lies
“Hay mucho argumento en la película de Ritchie: una historia de identidades secretas propulsada por una historia de amor, intriga palaciega y Will Smith como un genio azul y gigante, ¿qué más se puede pedir? Pero el tercer acto de Aladdin está cargado hasta lo plomizo con giros de guion que acaba con toda la diversión anterior. Los espectadores más jóvenes se desentenderán de la película, y los mayores, seguramente también”. Kate Erbland, IndieWire
“La nueva Aladdin de acción real, con un Wil Smith azul saliendo de la lámpara, tal vez no sea el peor producto de la actual era de la explotación de la propiedad intelectual (lo peor está probablemente por llegar). Pero, como la mayoría de los otros, provoca una sencilla pregunta: ¿por qué? La respuesta (alerta spoiler: “dinero”) no te sorprenderá. (…) Los secundarios animales –un mono travieso, un tigre leal y un loro malvado– no son ni bonitos ni especialmente realistas. Los seres humanos que aparecen junto a ellos en los encuadres, con la relativa excepción del genio, parecen gente disfrazada de personajes Disney”. A. O. Scott, The New York Times
“Es una espectáculo florido y lleno de efectos especiales que, pese a todo, se las apaña para parecer desganado y chapucero. La película está entregada por completo a la propiedad intelectual que adapta, pero ese seguidismo pone de relieve lo deslucida que resulta su imitación. El único de los participantes que intenta darle energía al proyecto es Will Smith, quien –pobre hombre– pasa la mayor parte de su tiempo en pantalla transformado en una correosa monstruosidad CGI a la que es imposible tomar en serio”. Davis Sims, The Atlantic
“El Aladdin de Ritchie resulta tan familiar que resulta difícil imaginar que el director quisiera hacerlo. Disney parece haber alisado todas las aristas del estilo reconocible, si bien a veces cargante, del director (…) Si no le dijeras a nadie quién ha dirigido este Aladdin y después hicieras una encuesta entre el público, nadie diría que lo ha rodado el director de Lock & Stock o Sherlock Holmes. Probablemente habría un par de votos para Brett Ratner”. William Bibbiani, The Wrap
“Smith, enfrentado a la tarea imposible de hacerle justicia a la icónica actuación de voz de Robin Williams, se hace con el papel sin dificultad. Su contagiosa personalidad lo impregna todo, e incluso se las apaña para darle a su genio momentos emocionantes y conmovedores”. Frank Schek, The Hollywood Reporter
“Muy divertida (…) Dista de ser perfecta, pero a diferencia de otras fantasías recientes aplastadas bajo el peso de los efectos especiales (la Dumbo de Tim Burton, para empezar), esta levanta el vuelo de verdad. Es vivaz, colorista y realmente divertida, y no estropea las partes del original que no necesitan arreglos. Como dice un personaje acerca de las primeras intentonas románticas de Aladdin: ‘Es torpe, pero con encanto”. Steve Rose, The Guardian