La polémica ley BBB (Big Beautiful Bill) impulsada por Donald Trump logró superar su primer gran obstáculo en el Senado tras una maratónica jornada de cuatro días de intensos debates, presiones y maniobras legislativas. El proyecto, que promete una ambiciosa reforma fiscal, fue aprobado con un ajustado 51-50, gracias al voto decisivo del vicepresidente J. D. Vance.
El texto legislativo contempla recortes de impuestos, aumento en gasto militar y fondos para un plan de deportación masiva, pero también compromete el futuro fiscal del país con un impacto estimado de 3.3 billones de dólares al déficit en 10 años, según la Oficina de Presupuesto del Congreso.
Un debate tenso y dividido
La aprobación de la ley BBB no fue sencilla. Los demócratas votaron en bloque en contra, junto con tres republicanos: Rand Paul, Thom Tillis y Susan Collins. Esta oposición estuvo motivada por el recorte de más de 900 mil millones de dólares a programas sociales como Medicaid y SNAP, vitales para personas con bajos ingresos.
Durante el fin de semana, el Senado vivió escenas inusuales: empleados leyeron en voz alta las 940 páginas del proyecto durante 15 horas, en una maniobra dilatoria encabezada por Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata.
Voto-o-Rama: la maratón final
El lunes, el proceso culminó con un Vote-o-Rama, una serie de propuestas de cambio que duró 27 horas. El líder republicano John Thune logró reunir los votos necesarios al amanecer del martes. La sesión dejó al descubierto tensiones internas y negociaciones a puerta cerrada para asegurar respaldos clave.
Senadores como Lisa Murkowski y Josh Hawley fueron cortejados por el bloque oficialista hasta último minuto. En paralelo, Elon Musk reapareció para calificar la ley de “completamente loca” y amenazó con financiar a oponentes de quienes apoyen la norma.
Trump al frente de la presión política
Desde su red Truth Social y mediante llamadas telefónicas, Trump presionó directamente a los senadores. Canceló su fin de semana de golf en Bedminster para asegurar la aprobación de la ley antes del 4 de julio. Advirtió: “Aún tienen que ser reelectos. ¡No se vuelvan locos!”.
Además, amenazó con retirar subvenciones a empresas de Musk y revivir el temido Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) que alguna vez lideró el empresario. Trump ironizó con que “el monstruo de DOGE puede comerse a Elon”.
Un futuro incierto en la Cámara
Aunque el Senado dio su visto bueno, el texto regresará a la Cámara de Representantes donde la versión final podría enfrentar resistencia. La aprobación previa se logró por un margen de un solo voto (215-214) y los cambios recientes podrían alterar el equilibrio.
Mientras tanto, figuras como Thom Tillis, quien anunció que no buscará la reelección, se convirtieron en críticos abiertos de Trump, denunciando la “hipocresía” del proceso legislativo.
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