El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado un paso drástico en su política migratoria al autorizar la intervención directa del ejército en la frontera sur con México. A través de un memorándum oficial, el mandatario calificó la situación como un ataque a la seguridad nacional y ordenó que las fuerzas armadas asuman el control de ciertas tierras federales estratégicas.
El memorándum que cambia la estrategia fronteriza
La orden, titulada “Military Mission for Sealing the Southern Border of the United States and Repelling Invasions”, redefine el papel del ejército en el control migratorio. Según el documento, el Departamento de Defensa tendrá jurisdicción sobre zonas clave, incluyendo la Reserva Roosevelt, una franja de 18 metros de ancho que atraviesa California, Arizona y Nuevo México.
Esta franja, hasta ahora bajo control civil, se transformará en una especie de base militar extendida, con tropas autorizadas a detener a cualquier migrante acusado de “invadir” el área. Los detenidos permanecerán bajo custodia militar hasta ser entregados a los agentes fronterizos.
¿Qué puede hacer el ejército en la frontera?
Bajo esta nueva directiva, los militares podrán:
-
Construir barreras físicas adicionales.
-
Instalar equipos de detección y monitoreo.
-
Realizar patrullajes de control y detención.
Sin embargo, el memorándum excluye expresamente las tierras pertenecientes a reservas de nativos americanos de esta ocupación militar.
Evaluación y posibles ampliaciones
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, tendrá 45 días para evaluar los primeros resultados de la operación. No obstante, el documento autoriza extender la ocupación militar a otras zonas federales en cualquier momento, si se considera necesario.
Un giro radical en la política migratoria
Con esta acción, Trump busca demostrar fuerza frente al flujo de migrantes indocumentados, una de sus banderas políticas más controvertidas. La medida ya ha generado críticas tanto dentro como fuera del país, al considerarse un precedente peligroso en el uso de fuerzas militares con fines migratorios.
El debate sobre los límites de la militarización de la frontera apenas comienza, mientras miles de personas siguen intentando cruzar hacia Estados Unidos en busca de una vida mejor.