La reciente polémica desatada por Elon Musk al compartir una publicación en su red social X (antes Twitter) vinculando sin pruebas al empresario mexicano Carlos Slim con el narcotráfico ha generado una ola de críticas y reacciones. Ante esto, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió de manera contundente, desmintiendo las acusaciones y defendiendo la reputación de Slim, uno de los empresarios más influyentes de México.
¿De dónde vienen las acusaciones?
El conflicto inició cuando Musk compartió una publicación de la cuenta “Wall Street Mav”, que afirmaba que Carlos Slim, dueño de Telmex y Grupo Carso, tenía supuestos vínculos con redes ilícitas. Sin embargo, las acusaciones carecían de pruebas, lo que levantó cuestionamientos sobre la responsabilidad del magnate al difundir información no verificada.
Carlos Slim, reconocido por su influencia en sectores como telecomunicaciones y medios, ha sido una figura clave en la relación comercial entre México y Estados Unidos. Incluso tras las tensiones generadas por la administración de Donald Trump en 2016, Slim mantuvo un discurso optimista sobre el comercio bilateral.
Por su parte, la presidenta Sheinbaum desmintió categóricamente las acusaciones durante una conferencia de prensa, subrayando que no existen investigaciones en curso contra Slim ni sus empresas. Además, destacó el daño que provocan estas narrativas falsas al etiquetar injustamente a México como un país vinculado al narcotráfico.
Narrativas dañinas y la responsabilidad de las plataformas
La decisión de Musk de compartir la publicación no solo puso en la mira al empresario, sino también al propio Musk, quien ha sido criticado en el pasado por usar su plataforma para amplificar información controvertida. Este incidente resalta la importancia de la responsabilidad en la difusión de contenido, especialmente en redes sociales con millones de usuarios.
Claudia Sheinbaum dejó claro que México es un país lleno de talento y esfuerzo, y que no permitirá que estas narrativas infundadas dañen su reputación. Su respuesta es un recordatorio de que la verdad debe prevalecer en un contexto donde las redes sociales tienen el poder de influir en la percepción global.
