El expresidente Donald Trump ha iniciado una campaña contundente contra los programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), marcando un giro radical respecto a las políticas de su predecesor, Joe Biden. Desde su primer día en el cargo, Trump ha emitido órdenes ejecutivas para erradicar estas iniciativas, argumentando que generan discriminación inversa y socavan el mérito en las contrataciones.
¿Qué busca Trump con esta decisión?
La administración Trump no solo ha desmantelado los programas DEI en el gobierno federal, sino que también ha instado a los empleados gubernamentales a denunciar cualquier esfuerzo por mantener estos programas de manera oculta. Según un memorando distribuido el miércoles, quienes no cumplan con informar sobre estos programas enfrentarán “consecuencias adversas”.
Los programas DEI, diseñados para promover oportunidades entre mujeres, minorías étnicas y personas LGBTQ+, han sido fundamentales en la lucha contra la discriminación estructural. Sin embargo, Trump sostiene que estos esquemas “discriminan injustamente” a otros grupos y dañan el principio del mérito.
Esta postura ha despertado críticas de defensores de derechos civiles, quienes ven en estas medidas un retroceso que amenaza décadas de progreso. Organizaciones como Equal Rights Advocates han advertido que desmantelar estos programas perjudica tanto la equidad como la competitividad económica de Estados Unidos.
Un golpe al legado de derechos civiles
Entre las órdenes ejecutivas emitidas por Trump destaca la anulación de una histórica medida de 1965 del presidente Lyndon B. Johnson, que prohibía la discriminación en contrataciones federales. Esta decisión, que en su momento fue un gran avance en el movimiento por los derechos civiles, ahora se ve desmantelada en un contexto de polarización política y social.
Activistas como el reverendo Al Sharpton ya han anunciado boicots a empresas que abandonen sus compromisos con los programas DEI. Por su parte, la administración Trump ha advertido a contratistas federales que eviten implementar políticas de diversidad si desean mantener sus contratos.
Para muchos, estas acciones son un intento de retroceder en la lucha por la igualdad, ignorando el impacto positivo que los programas DEI han tenido en comunidades marginadas.