En un giro inesperado y alarmante en el escenario internacional, el expresidente Donald Trump anunció que Estados Unidos ejecutó ataques aéreos contra tres bases nucleares en Irán: Fordow, Natanz e Isfahán.
A través de un comunicado en Truth Social, Trump aseguró que la operación fue “exitosa” y que todos los aviones involucrados salieron del espacio aéreo iraní. “Se lanzó una carga completa de bombas sobre Fordow. ¡Es momento de paz!”, escribió.
Objetivos estratégicos bajo fuego
¿Por qué fueron atacadas estas instalaciones?
Las tres instalaciones forman parte clave del programa nuclear iraní, siendo Fordow la más relevante por su ubicación subterránea y su rol en el enriquecimiento de uranio.
Los bombardeos se llevaron a cabo con aviones furtivos B-2 Spirit, que despegaron desde la base de Diego García, una ubicación estratégica del ejército estadounidense en el océano Índico.
Alerta máxima en San Diego
En respuesta, la Base Naval de San Diego ha sido colocada en alerta máxima. Esta medida se tomó ante la posibilidad de represalias por parte de Irán, aumentando la seguridad y los preparativos para despliegues inmediatos en zonas de conflicto.
Portavoces del Pentágono señalaron que se intensificaron patrullajes marítimos, especialmente en el Golfo Pérsico y el Pacífico occidental, donde Estados Unidos mantiene activos portaaviones y destructores listos para intervención rápida.
Irán promete represalias
La respuesta desde Teherán no se hizo esperar. El Ayatollah Alí Jameneí condenó los ataques como una agresión directa y advirtió que habrá consecuencias. “Cualquier acción estadounidense enfrentará daños irreparables”, expresó.
También amenazó con tomar represalias contra bases estadounidenses en la región, especialmente Diego García, si se escala el conflicto.
Tensión internacional y evacuaciones
El ataque ha generado una fuerte reacción global. La ONU convocó una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad, mientras que China y Rusia criticaron la acción como una “provocación peligrosa”.
En contraste, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu apoyó la ofensiva, asegurando que “Irán no debe obtener armas nucleares bajo ningún motivo”.
Entretanto, el Departamento de Estado comenzó evacuaciones de ciudadanos estadounidenses en Israel, donde los combates entre Irán e Israel han aumentado las tensiones y el riesgo de una guerra regional.
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