El camino de Randy Arozarena desde Cuba hasta convertirse en una superestrella del béisbol en México y en las Grandes Ligas
Randy Arozarena brilló en el Clásico Mundial de Béisbol gracias a sus espectaculares atrapadas. De hecho, se convirtió en la figura del México vs. Puerto Rico y también del México vs. Japón. Aunque su nombre ha aparecido recientemente en numerosas publicaciones de redes sociales, quizás solo sus más fervientes seguidores recuerden cómo el nacido en Cuba llegó a ser parte del equipo mexicano.
Durante la temporada 2020, especialmente durante la postemporada de ese año, estuvo a punto de darle una Serie Mundial a los Rays de Tampa Bay en su segunda temporada como profesional. Con 10 cuadrangulares y 14 carreras impulsadas en la recta final por el título de las Grandes Ligas, ganó el premio Babe Ruth tras finalizar la serie mundial. A pesar de no conseguir el anillo, sumó unos cuantos récords que pocos imaginaron cuando comenzó su carrera en Cuba.
El humilde gesto de Randy Arozarena al visitar un centro de reinserción social en Mérida, Yucatán.
El beisbolista de 27 años es una estrella indiscutida de la nueva era en las Grandes Ligas, pero eso no es suficiente para olvidar que en algún momento pasó por la Liga Meridana de Yucatán, misma que lo catapultó a la Liga Mexicana del Pacífico y eventualmente a las ligas mayores. En ese paso dejó grandes muestras de su humildad que cada año se encarga de refrendar.
La última muestra ocurrió en febrero de 2021. Ya con todo el arsenal de reconocimientos en su espalda, regresó a Mérida, Yucatán, para visitar el Centro de Reinserción Social (CERESO) una vez más, ya que antes de convertirse en la superestrella de la MLB, pasó por ese penal para efectuar un partido amistoso seis años atrás.
Se dice que regresó a Mérida porque, aunque nació y vivió sus primeros 20 años en Cuba, se siente yucateco. Es mexicano frente al micrófono y en reiteradas ocasiones señaló que le hubiera gustado representar a la bandera tricolor en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Randy Arozarena huyó de Cuba en 2015 tras ser aislado de la Serie del Caribe por miedo a que desertara del país. Se subió a un bote y navegó ocho horas hasta Isla Mujeres, cerca de la costa de Cancún. Ahí comenzó a labrar su camino como profesional fuera de su tierra natal y, además de comenzar su familia, arrancó su ascenso a las Grandes Ligas.
Seis años después de desembarcar en Isla Mujeres y comenzar su carrera en la liga local del estado, Arozarena regresó al penal que vio nacer su carrera profesional en México. Se enfundó en una camiseta de entrenamiento con el barrio de Brooklyn estampado y comenzó a calentar el brazo previo a una tarde de exhibición. A pesar de estar rodeado de torretas y cuerpo policial, la felicidad en el campo de béisbol era evidente en todo momento, a pesar de portar el cubrebocas.
Sus contrincantes tal vez olvidaron por un lapso que se encontraban privados de la libertad, pues frente a ellos estaba el hombre que le plantó cara.