Recientemente AMD anunció a través de su sitio web que algunos de sus procesadores Ryzen pueden experimentar fallas col la actualización de Windows 11.
Según reportes Windows 11 llega a presentar una latencia en la caché L3 hasta 3 veces mayor, lo que se traduce en una baja de rendimiento que puede ir entre un 3 y 5% en aplicaciones comunes.
Mientras que en juegos utilizados para eSports es de entre el 10 y 15%.
Esto ocurre a raíz de que el SO necesita el núcleo más rápido para realizar un proceso específico.
Los usuarios más afectados son aquellos con procesadores de más de 8 núcleos, pero desgraciadamente no son los únicos que podrían experimentar problemas.
Se planea liberar una actualización para finales de Octubre que corrija este problema.