BlackRock, el fondo de inversión de deuda más grande del mundo, no está nada contento con las propuestas del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, sobre todo en materia energética, ya que la reactivación de las refinerías afectaría los negocios que esta empresa desarrolló gracias a la Reforma Energética.
Esta gigantesca empresa, la cual controla en 7 por ciento de todas las transacciones financieras que se realizan a nivel mundial, no quiere que López Obrador emprenda su propuesta de reactivar el sector energético para beneficio de México por una sencilla razón: ellos fueron los grandes beneficiarios de las reformas de Enrique Peña Nieto, y prácticamente controlan Pemex.
¿Cómo es que una empresa se logró hacer con el control de una de las mayores petroleras del mundo? A través de la corrupción y el tráfico de influencias. Y nadie ha ilustrado de forma más acertada esos conceptos que el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin; quien fue el encargado de entregar los negocios de la paraestatal a la empresa dirigida por Larry Fink.
A través de PMI, la filial internacional de negocios de Pemex –la cual ha ocultado ganancias por 3 mil millones de dólares-, la paraestatal entró como socia en el proyecto de la refinería Deer Park, en Texas, la cual le vende a México la mayor parte de la gasolina que importa. BlackRock compró su parte de participación en PMI en 2016, después de que Fink cenara con Peña Nieto y otros miembros del gabinete.
BlackRock también se asoció con Infraestructuras Institucionales, un fondo de inversión propiedad de Carlos Salinas de Gortari. A través de esta alianza, entró también en el negocio de la exploración y extracción de yacimientos; por lo que, durante los últimos dos años, BlackRock ha participado en los dos negocios más rentables que permitió la Reforma Energética.
Por ello, el plan de López Obrador de reactivar las refinerías y terminar con la dependencia energética afectaría enormemente el negocio de BlackRock. Debido a ello, la empresa ya amenazó al país, anunciando que habrá una gran crisis –tanto fiscal como económica- para el año 2022.
Esta versión alarmista ha sido difundida en Nueva York por Gerardo Rodríguez Regordosa, amigo de José Antonio González Anaya –secretario de Hacienda y yerno de Salinas de Gortari-, quien trabaja para la firma como analista y nunca ha ocultado su desagrado hacia López Obrador.
Este individuo es vital para que BlackRock siembre incertidumbre en los mercados y castigue al tabasqueño por intentar recuperar los recursos energéticos del país para los mexicanos.
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