El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) está evaluando forzar a Google a desprenderse de algunos de sus productos clave, como Chrome, Google Play y Android, en respuesta a las acusaciones de monopolio que enfrenta la compañía. Según un informe reciente, se están considerando medidas “estructurales y conductuales” que podrían cambiar el rumbo del gigante tecnológico.
¿Por qué está Google en problemas?
El DOJ acusa a Google de usar prácticas ilegales para dominar el mercado de los motores de búsqueda y la publicidad digital. Ejemplos de estas prácticas incluyen acuerdos multimillonarios con empresas como Apple para que Google sea el motor de búsqueda predeterminado en sus dispositivos, lo que le otorga una ventaja injusta sobre sus competidores. En particular, se reveló que Apple recibe un 36 % de los ingresos publicitarios generados por Google en Safari.
El Departamento de Justicia también está considerando la posibilidad de prohibir acuerdos que permiten a Google preinstalar sus aplicaciones y motores de búsqueda en dispositivos. Este tipo de restricciones podrían obligar a Google a replantear su estrategia, afectando a productos populares como Chrome, Android y Google Play.
La respuesta de Google: “No es factible separarnos”
Google ha rechazado de plano la idea de deshacerse de Chrome y Android, argumentando que dividir la empresa crearía graves problemas para los usuarios y las empresas que dependen de sus productos. En su blog oficial, Google afirma que ha invertido miles de millones de dólares en el desarrollo de estos productos, y que la separación afectaría su modelo de código abierto. Además, sostienen que fragmentar estas plataformas aumentaría los costos para los consumidores y reduciría la competencia con el ecosistema de Apple.
Google también ha expresado preocupación por las posibles implicaciones de seguridad y privacidad que conllevaría compartir datos sensibles con sus competidores. De cara al futuro, la compañía está preparada para defender su postura en los tribunales el próximo año.
Sin embargo, si el DOJ logra avanzar con sus propuestas, estaríamos frente a una decisión histórica que podría cambiar el panorama de la tecnología a nivel global.
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