‘El Estado Eléctrico’: Una Adaptación Fallida de Netflix
La adaptación cinematográfica de El Estado Eléctrico era un desafío complejo. La novela ilustrada de Simon Stålenhag, con su estilo melancólico y crítica al consumismo, planteaba una atmósfera postapocalíptica difícil de trasladar a la pantalla grande. Sin embargo, Netflix, de la mano de los hermanos Russo, apostó por convertir esta historia en una película. El resultado, lamentablemente, se aleja del espíritu original del libro y nos deja con una producción visualmente atractiva pero conceptualmente vacía.
Un Giro Inesperado: De Drama Reflexivo a Película de Acción
Los Russo han demostrado su talento en superproducciones como Avengers: Infinity War, pero fuera del Universo Marvel han tropezado con títulos como Citadel y El Agente Invisible. En El Estado Eléctrico, en lugar de respetar la esencia introspectiva y nostálgica de la novela, han optado por una buddy movie con acción, humor y referencias a la cultura pop de los años 80.
La historia original nos sumergía en un viaje existencialista de Michelle y su robot Skip a través de un mundo devastado. La versión de Netflix, en cambio, transforma esa narrativa en una película de aventuras con chistes innecesarios, escenas de acción genéricas y una intención de “divertir” que traiciona el mensaje profundo de la obra.
Desperdicio de un Gran Material Fuente
Lo más preocupante es cómo la película diluye el mensaje crítico de Stålenhag. El Estado Eléctrico es una reflexión sobre el colapso de la sociedad, la dependencia tecnológica y la desolación del capitalismo tardío. En la adaptación de Netflix, estos elementos pasan a un segundo plano, eclipsados por escenas de robots en combates espectaculares y una banda sonora cargada de hits ochenteros.
Si el objetivo era aprovechar la estética del libro sin respetar su contenido, ¿por qué no crear una historia original? La película podría haberse llamado Robot World o Neo 80s Apocalypse sin necesidad de distorsionar la obra original.
Producción Costosa con Resultados Mediocres
Con un presupuesto de 320 millones de dólares, era de esperar una película impactante en todos los aspectos. Sin embargo, la producción no logra justificar su exorbitante costo. Los efectos visuales son aceptables y algunos diseños inspirados en las ilustraciones de Stålenhag destacan, pero la historia carece de profundidad y el guion se siente descuidado. Además, las actuaciones no logran elevar el material, dejando la sensación de una oportunidad desaprovechada.
¿Vale la Pena Ver ‘El Estado Eléctrico’?
Si buscas una película ligera para un domingo por la tarde, El Estado Eléctrico puede entretenerte. Sin embargo, si eres fan del libro o esperas una adaptación fiel y con contenido significativo, esta versión de Netflix te decepcionará. A veces, respetar la esencia de una obra es más importante que simplemente usar su nombre para vender una película.
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