Un guión moderno con grandes giros
Se ha vuelto una, interésate tradición que las distribuidoras de cine utilicen películas de horror hechas fuera de Hollywood. Gracias a esto, hemos descubierto joyas ocultas del género. En esta reseña, exploraremos La conspiración del diablo, una intrigante película que se estrena en México y otros países de Latinoamérica el 29 de junio de 2023.
¿Qué hace a esta película intrigante? La única forma de hacerle justicia es presentándola tal como se describe su publicidad:
“El laboratorio biotecnológico más poderoso del mundo ha logrado clonar grandes figuras históricas con solo una gota de ADN. Ahora organizan subastas clandestinas para vender clones de Miguel Ángel, Galileo y Vivaldi a precios inalcanzables para la mayoría. Este laboratorio está controlado por un culto satánico que ha robado la Sábana Santa de Turín, es decir, el ADN de Cristo. También han secuestrado a Laura, una estudiante de historia del arte estadounidense, y han asesinado a un sacerdote. Antes de morir, este último suplica al arcángel Miguel que use su cuerpo para evitar lo impensable: la inseminación de Laura para que dé a luz al clon de Cristo. Un clon que sería una ofrenda definitiva al Diablo, quien regresaría a la Tierra para desatar un desastre infernal”.
No podemos negar que la premisa es sumamente interesante, captura inmediatamente la atención. La trama es ambiciosa, pero como seguramente esperabas después de leer eso, la idea podría tener varios giros en la trama.
Una película visualmente destacada con grandes efectos
La conspiración del diablo se presenta como una película de terror. Si bien contiene elementos del género, incluyendo un “susto sorpresa”, podríamos resumir que se trata más de una película de suspenso. El sacerdote poseído por el arcángel Miguel no tiene problema en empuñar una escopeta para enfrentar a los ocultistas y a los demonios. El resultado es entretenido, pero nada especial.
Esta película es una coproducción entre Estados Unidos y la República Checa, realizada con un presupuesto muy limitado. Sorprendentemente, luce mejor de lo esperado. Aunque no conocemos el trabajo previo del director Nathan Frankowski, él y el cinematógrafo Milan Chadima (conocido por Grindhouse y Hostel) hacen lo mejor que pueden con los recursos disponibles para hacer que la película destaque visualmente.
La introducción, en la que vemos a Miguel encadenar a Lucifer en el infierno, es impresionante. No pudimos evitar notar la inspiración de la saga de videojuegos Diablo en el diseño del arcángel. Las escenas en catedrales, museos y laboratorios tienen una gran ambientación. La representación del infierno es limitada pero distintiva. ¡Incluso lograron engañarnos durante un tiempo y hacernos creer que realmente habían filmado en Roma!
En cuanto a los actores, Peter Mensah (conocido por su participación en 300 y Spartacus) interpreta a Miguel, pero su aparición en pantalla es menor a cinco minutos. La mayoría de las interpretaciones son mediocres, pero hay un par que merecen una mención especial. Eveline Hall encarna la villana Liz de forma exagerada y deliciosa, recordando al estilo de Nicholas Cage. La protagonista, Alice Orr-Ewing, hace lo mejor que puede con el pésimo guión. Destaca en los momentos en los que está poseída por Lucifer, permitiéndole actuar como un malicioso “deadite” en una película de Evil Dead.
Una conclusión y recomendación final
La interpretación de este personaje también nos lleva a uno de los elementos más incómodos de La conspiración del diablo. Al final, todo puede ser interpretado como una propaganda anti-elección (o ‘pro-vida’, como a ellos les gusta describirse). Esta es solo una interpretación, pero creemos que lo más probable es que los guionistas simplemente no hayan pensado en el significado de lo que estaban diciendo.
En resumen, La conspiración del diablo puede resultar entretenida para un público específico que comprenda “el chiste” y lo que la película intenta lograr. Sin embargo, la mayoría de los espectadores probablemente la encuentren diferente e innecesariamente larga debido a su duración de casi dos horas.
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